De Alberto Reyes, que posee una trayectoria llena de éxitos y reconocimientos que le avalan como pianista, podemos disfrutar aquí su Chopin, en lo que es una selección de repertorio dividido en dos discos (cortos de minutaje, por cierto) en los que se pueden paladear las piezas sin prisa ni estridencia. El pianista uruguayo concentra sus virtudes en un sonido extremadamente meticuloso, con una gama "piano" sensacional, al mismo tiempo que el "forte" nunca se acerca a la dureza, y unos "tempi" en general reposados y bien deletreados.
En su Chopin , que es descaradamente terrenal y mundano, poco soñador pero en cambio muy humano y cotidiano, percibimos calidez y proximidad a través de un discurso elegante y una dicción clara. Reyes apuesta por una visión meticulosa del fraseo chopiniano aunque aparentemente sea en detrimento de una visión de conjunto; pero solamente en apariencia, pues el pianista hilvana los pasajes consiguiendo unidad en las obras que interpreta mediante un enfoque rico en emociones y nítido en cuanto a matices. El intérprete canta con concentrada expresión y aporta fuerza y ardor a las partituras, en lo que es un Chopin vivo y sensible que prima la poética del sonido.